jueves, 24 de noviembre de 2011

Ana ya no está





26 de febrero de un año que prefiero no recordar, el último domingo de carnavales en la ciudad, alisto el auto, y les doy la noticia. Estuve planeando esa salida familiar durante todo el verano nada podía salirme mal, después de tantas quejas y llamadas de atención de mis hijos hacia su padre, no podía defraudarlos, no me lo perdonaría.
-¿Por qué tanto misterio papá? ¿A dónde nos vas a llevar? –me dijo mi pequeña Moli, con esa sonrisa tan inocente que delataba su emoción
-No preguntes y apresura a tu madre y a tu hermano que se hace tarde- le respondí, tratando de hacer algún gesto para que no sospeche y dejarla llena de intriga.
Diez minutos después baja Ana, mi reina Ana, más hermosa que ayer, más hermosa que nunca, con un vestido blanco veraniego, su cabello rubio, liso, en el mar ella era mi sol.
- No puedo creer que esto esté pasando- me dijo en voz alta a mitad de las escaleras, con voz y mirada seria.
-Vamos Ana, déjame demostrarte que soy el mismo del que una vez estuviste enamorada, acompáñanos, si no es por mí, por nuestros hijos- le respondí.
Subimos los cuatro al auto, Pepe dejó de ser mi copiloto por ese día y Ana pasó a ocupar su lugar, qué alegría más grande estaba sintiendo hasta ese momento, lo único que pedía al cerrar los ojos es que mi día transcurra lento y que cada minuto que pase se haga más intenso.
Ninguno de los tres tenía idea de a dónde estábamos yendo, me había encargado de eso durante meses, alquilé una casa de playa a dos horas de la ciudad. Calculé en quedarnos ahí durante todo el fin de semana, el trabajo en la oficina había absorbido todos mis días, mi vida estaba tan mecanizada que ya imaginaba su asombro, daba igual, mi única misión era hacerlos feliz.
Llegamos antes de lo previsto, el camino lo sentí silencioso, Ana estuvo con los auriculares puestos en todo el trayecto, Moli mirando hacia la ventana con la cámara en mano y mi pequeño Pepe se había quedado dormido, en fin, llegamos a nuestro destino. Muy emocionados bajaron del auto mientras que Ana y yo nos encargábamos de las cosas, hasta que de pronto al cargar la maleta en un parpadeo sentí un pequeño mareo.
-Santiago, ¿estás bien?- me preguntó Ana muy asustada
-No es nada no te preocupes, ha de ser el calor y los nervios del día- le dije
-¿Nervios?
-No quiero que nada salga mal, no quiero defraudarlos, es todo.
-Tranquilo- me dijo con una sonrisa en el rostro, sí, una sonrisa.
Entramos a la casa y recordé que días antes había sentido lo mismo al salir de la oficina, no le di importancia, pensé que era un simple cansancio en la vista. Recordé también que no nos detuvimos en el camino a comprar la comida para el fin de semana, así que le  pedí  a Ana que me acompañe mientras los niños se divertían en la piscina, y aceptó.
No encontramos ningún lugar abierto, y las tiendas grandes estaban algo lejos así que cogí las llaves del auto y fuimos a buscar una. Compramos lo que ella quiso, lo dejé todo a su gusto, nadie mejor que ella conocía los míos, los de Moli y Pepe. Nos habíamos tardado ya mucho así que al regresar tuve que acelerar un poco más, sino Ana empezaría a desesperarse. Mientras conducía sentí el mareo de hace unas horas un par de veces, disimuladamente movía la cabeza, no quería preocupar a Ana hasta que se quedó dormida. Me encantaba verla así tan tranquila, tan natural, tan ella. Los mareos continuaron, ahora el que empezaba a preocuparse era yo, ya faltaba poco para llegar, hasta que en un parpadeo se me nubló la vista, veía el camino borroso, empecé a desesperarme, y lo que sigue a penas lo recuerdo, pasó en unos segundos que no logré ver que otro auto venía en sentido contrario y por tratar de evitarlo, me volqué.
Desperté horas después en una camilla de un hospital de la zona, y al recobrar la conciencia grité:
-¡Ana!, ¿Dónde está Ana?
Entraron un par de enfermeras a mi habitación, luego un doctor.
-Señor, tranquilo, sea fuerte, su esposa, falleció.
El mundo se me desarmó en un segundo, no sabía qué hacer, busqué a mis hijos, mi rostro les dijo todo, nos quedamos solos.
Mi hogar desde ese entonces dejó de ser el mismo, mis hijos crecieron con un gran vacío dentro, después de hacerme exámenes médicos me dijeron que tuve síntomas de visión baja el cual me traté durante años.
Moli y Pepe formaron su familia, yo por mi parte decidí dejar la casa e irme a otro país, a un lugar donde pueda olvidar el sentimiento de culpa por unos instantes, a un lugar donde pueda recordar las palabras que mi hija me repite cada vez que me ve, me dice que si fuera fácil cerrar algunos capítulos de nuestras vidas del mismo modo en que cerramos un libro a lo mejor la vida no tendría sentido, y, que si me sirve de consuelo, algunos finales no son más que el breve atisbo de un comienzo. Quisiera encontrar ese comienzo, quisiera poder empezar algo nuevo pero Ana ya no está, Ana se fue y se llevó con ella, todos mis secretos, mis conflictos, mis historias, mis sonrisas.
Hoy, como cada año desde que ocurrió la tragedia, estoy de nuevo aquí, en casa, sintiendo su presencia, sintiendo sus gritos, su mirada puesta en mí. Mi equipaje es pequeño, no vengo por mucho, no soportaría quedarme tanto tiempo, me visto de saco y pantalón de seda como tanto le gustaba. Siento el lugar más vacío que de costumbre, estos escalones se me hacen eternos, definitivamente ya nada es igual, lo único que me queda es seguir, esperando el día en que me toque a mí y mientras tanto seguiré caminando, observando mis pisadas por la acera, doblando en cada esquina con los ojos llenos de ilusión y cargados de esperanza creyendo que, al doblar, ahí estará envuelta por el viento y sonriendo hacia mí. Aquí seguiré dibujándola por siempre en mis pensamientos y entintando mis sueños rotos.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Una pequeña manzana


En un lugar el cual visitaba por primera vez, y cuidando que sus pasitos no se oigan por los pasillos se encuentra la niña. Al parecer fue de visita a la oficina donde laboran sus padres, rodeado de paredes de madera como la casita en el árbol que siempre soñó, el piso de cera muy amplio y extrañamente vacío. El ambiente le parece muy frío, serio y aburrido para su gusto,  pero qué más da, ella quiere darles la sorpresa, pintarles por un momento las paredes de colores vivos a ese espacio lleno de colores neutros, romper el silencio de tal lugar con su tierna voz aguda, diciendo las palabras que acaba de aprender.
Se percibe su timidez por su postura quieta y el jugueteo de sus dedos, no sabe cómo entrar, no sabe qué decir, no sabe si estar seria o si deba sonreír. Decide quedarse ahí y esperar, teme interrumpir.
El traje que viste es preciso para la ocasión, su blusa blanca con bombachos en los hombros como aquellas blusas de época, y sus medias rodeadas con blondas despiertan ternura en todo aquel que la vea. De tanto caminar sus pequeños zapatos de charol negro se opacaron, ya no brillan como lo hacen sus ojos negros intensos, tan intensos como un extraño anochecer. Tal vez esa sea la razón de su seriedad o a lo mejor es que le volvieron a poner ese sombrero que le obligaban a vestir, pero que nunca le gustó. A ninguno de sus padres le gustaba la forma que tomaba su cabello ondeado, ellos lo querían liso, he ahí la respuesta de ese look, optaron por cortárselo. A esa edad tenía mucho parecido a su hermano menor, por eso vestía de faldas pequeñas, en este caso roja, como la mayoría de prendas de su pequeño clóset, color que a lo largo de los años la sigue acompañando, motivo por el cual responde al apelativo de manzana. 

domingo, 6 de noviembre de 2011

Santiago


Caminas, caminas con paso firme aunque por dentro estás temblando

Ríes, ríes una y otra vez con los que te rodean pero cuando estás solo es diferente
Hablas, hablas y en cada palabra se percibe fuerza, esa fuerza que con el tiempo se te acaba
Das, das hasta lo que no tienes para ver a tus estrellas brillar en lo más alto
Enseñas, inviertes, aprendes, comprendes , lloras y más que cualquier verbo por sobre todas las cosas, amas.
Porque hasta hoy nunca me había dado cuenta de lo sorprendente que puede ser tu amor, porque hasta hoy nunca había medido las consecuencias de mis caprichos, porque hasta hoy recién contemplo el gran tesoro que tengo en frente, mi padre.
Cansados de oír que los momentos difíciles pasarán, nos cogemos de las manos y miramos hacia adelante, él aquí, yo allá, él allá yo aquí, siempre será así, podremos estar recostados en lugares diferentes en estos momentos pero nuestros corazones laten en un sólo lugar, porque el es mi familia, con él tengo la deuda más grande, a él le debo todo lo que soy, todo lo que tengo.
No sabes lo que daría por quedarme más de un día contigo, por caminar a tu lado mientras conversamos en el parque, por correr a la calle cuando siento que te aproximas, por secarte esas lágrimas y convertirlas en sonrisas, no forzadas, sino verdaderas, y sé que es difícil por no decir imposible retroceder el tiempo, que lo hecho ,hecho está y que si quiero todo lo que dije antes debo empezar por trabajar en ello. Gracias Manuel Santiago porque hoy me diste la lección más grande de mi vida, por que confías en mi como nadie lo hace, por hacerme ver que lo que para mi son problemas para ti no son nada porque eres el doble el triple de fuerte. Por tus consejos, por tu fuerza, por estar aquí siempre para mi aunque a veces no te vea.
Hoy, cansada de contar siempre lo mismo , he despertado, las cosas no se le piden al cielo , las cosas se hacen y listo. Si en estos momentos tienes la suerte de tener a tu viejo en casa, corre , abrázalo y dile cuanto lo quieres, agradécele por lo que tienes y discúlpate si es necesario. Si te grita, si se enfada, si te hace la vida cuadritos con tanta exigencia es simplemente porque te quiere, porque al igual que el mío, quiere verte arriba, arriba donde nadie pueda alcanzarte, porque el día en que eso pase, ese día, sólo ese día, el será realmente feliz.


pd: ANDREA, CHARITO, NO TIENEN IDEA DE CUANTA FALTA ME HACEN.

domingo, 23 de octubre de 2011

ando


¿Qué nos está pasando Nestared?
Que de pronto nuestra mirada se está desviando
Nuestros gustos se están transformando
Nuestra rutina está cambiando
Nuestras ilusiones están reviviendo
Nuestro cerebro está trabajando
Nuestros días se están alargando 
Nuestro corazón está palpitando, 
terriblemente palpitando tanto así que
en este preciso momento estoy sonriendo.
¿qué está pasando?
Yo no sé,
y si para seguir así debo no saberlo,
pues entonces no quisiera encontrar respuesta jamás :)

viernes, 21 de octubre de 2011


Bueno red, olvidemos.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Sonidos de todos y para todos



Cuando terminé la escuela, un año después para ser exactos, tuve un sueño, uno de los pocos que recuerdo con una gran sonrisa. Soñé que bailaba con alguien, persona cuyo rostro no recuerdo, una canción muy linda y algo antigua para ser de aquella época. Años después, me di con la sorpresa de que ese momento si existió, fue con un muchacho de la escuela el cual llamaba mucho mi atención, me pareció muy curioso no recordar que fue él, pensé por un momento por qué y me di cuenta de que fue la hermosa melodía la que le dio ese toque protagónico, la que hizo de ese momento un momento idóneo y a veces me pregunto si me enamoré de aquel muchacho o simplemente de aquel momento. Ese pequeño sonido, tan suave, tan único, tan relajante que creó una atmósfera llena de magia por la noche. Al igual que en mi sueño, en cada una de nuestras vidas existen sonidos que se han convertido en parte de nosotros. No hay gente, créanme que no existe gente a quien no le guste algún tipo de sonido o melodía, este tan bello arte que influye mucho en nuestras vidas y nosotros en su desarrollo y perduración: la música.
Desde el momento en que nacemos, a diario y hasta este instante, quieran o no, sonidos hay en todas partes: o bien en el reproductor o bien la tarareas en la calles y mientras realizas tus labores diarias. Constantemente estamos rodeados de sonidos que arman su propio concierto. Vas por la calle y en el camino oyes como se mezclan los cláxones con la gente gritando, a eso se suman las campanas de las iglesias y el chasquido de algún charco. Si te detienes un poco y dejas de pensar por un momento para empezar a oír te das cuenta que  al igual que en las películas la calle también tiene su propio soundtrack. Cualquier movimiento que produzca ondas sonoras es válido, todo es música.
No hay nada que exprese mejor al ser humano que una buena composición para describir un momento de su vida. Si bien es cierto, hay muchos a quienes les parecen horrendos alguno tipos de manifestaciones musicales pero en sí, ese es el único fin que tiene la música en su concepto general: presentar nuestros sentimientos en acordes sonoros y melódicos para formar una melodía que nos sea agradable, que logre hacer que uno se identifique con ella hasta el punto que no se quiera dejar de escuchar. Discrepo la idea de muchos cuando mencionan esa frase que muchas veces escuchamos de: Esa música es fea. No, no existe música fea, simplemente no nos encontramos en ese instante de nuestras vidas en que el que seamos capaces de sentir su escencia. Es por eso que existe y se ha creado un género para cada tipo de personalidad: están las baladas, creadas para los románticos y soñadores; el rock, para gente sin tabúes y que viven la vida plena; el reagge, para los que buscan reflexión y un momento de encuentro con ellos mismos; la música clásica, para quienes se inclinan por la cultura y desarrollan una personalidad seria y conservadora; la electrónica, para aquellos creativos de vida llena de adrenalina ; y muchos estilos en general que logran que la sociedad encuentre su propia identidad. Tal vez las descripciones mencionadas hace unos instantes no sean más que prejuicios, pero nos demuestran que hay música en todas partes y para todos.
Levemente, cada vez que el viento sopla, cuando caminamos, reímos, lloramos, en nuestras alegrías, decepciones, de día y de noche, siempre encontramos música. Le da ritmo a nuestra vida, tanto como el palpitar de nuestro corazón, la hace más rápida, más lenta, nos llena de tensión y también nos relaja. Perderíamos tiempo al encontrar una definición exacta, porque ella está en nosotros mismos, en nuestros días, en nuestra vida.

Pd: LPPDONE, bienvenido a Redland.

jueves, 6 de octubre de 2011

Deboleto

4 am. Shey y Steph se acaban de ir a "dormir", no sé si se le puede llamar así a pegar los ojos por un par de horas, yo no puedo, mañana  en unas horas tengo examen de Marketing, con un we de conceptos que tengo en la cabeza, me aburro, me aburro, me aburro ... prendo a Chambao y de pronto viene a mi una serie de cosas. De pronto me pongo a pensar en el día que he tenido, y una vez más miro al cielo y doy gracias. Ayer fue cumpleaños de Charito, la madre de mis hermanas, una persona con la cual he vivido una serie de momentos desde los más feos hasta los más lindos, una persona a la cual he aprendido a respetar, valorar y hasta querer con el pasar del tiempo. Después de mi madre, ella es la que me ha dado los tres mejores regalos que me ha podido dar la vida: mis estrellas, Andrea, Rosario y Marisol. Hoy salimos todos a almorzar, me dio mucho gusto verla sonreír y no sólo a ella sino también a mi padre, no es común en nosotros este tipo de salidas familiares en armonía y acompañado de risas, pero las cosas cambian, los tiempos mejoran, para bien en este caso y eso me pone feliz, hace que mi semana de parciales pase de ser aterradora a ser una más de tantas que vienen en las que se me da la oportunidad de demostrarles que puedo hacer bien las cosas si me lo propongo. 
No me quiero alargar hoy, son 4:30 am y aún hay más nombrecitos marketeros que no me entran, así que me despido no sin antes decirte Charito que gracias por todo, por escucharme, por apoyarme, por quererme como una hija más y confiar en mi como hasta ahora, al igual que mis padres yo prometo no defraudarte, mi promesa por ver a mis estrellas brillando bien alto siempre estará en pie y no voy a descansar hasta haberla cumplido. Resalto algo que nos dices siempre: El recibir ayuda no significa que hayamos fracasado, sino que nunca estamos solos, y ,como familia que somos, no lo estaremos.  No tienes idea de cómo me brillan los ojos cuando oigo esa palabra: familia. 

pd: Hoy Andrea hizo una de las suyas una vez más xD
pd2: casi las 5 am, joder!
pd3:hoy me dieron ganas de verlo *-*


Andrea, mi princesa